Cincuenta y cuatro años
Han pasado de nuestras participaciones
A nivel internacional, después de tantos
Momentos difíciles derramando lagrimas
De tristeza por la impotencia que hemos
Vivido.
Nuestro sueño se ha hecho realidad.
Quizá algún día tuvimos una Escopeta junto
Con un grillo aunados a ellos Tin Tan.
También tuvimos un conejo
Que no salía de un sombrero
Y a un Pin que no era de nuestra tarjeta
Al igual tenemos a un Pescado que no vive
En una pecera, no nos olvidemos de Memin
Que no es el de los chistes ni Chalo el del
Programa de la TV. Incluso teníamos a un gato
Que no era Tom.
Son ilustres futbolistas chapines que lucharon
Por clasificar a un mundial, desgraciadamente
No lo lograron
Por diferentes circunstancias de la vida
Igual se les agradece su esfuerzo por defender
La azul y blanco con tanto amor
La afición que es la más golpeada
Tenía cincuenta y cuatro años de sufrir, de soñar
De alentar de ilusionarse en silencio de suspirar
Y apasionarse en cada eliminatoria
Pero el sufrimiento parecía obra del destino
Hasta que llego el seis de abril del dos mil once.
Cuando once guerreros demostraron
Que con convicción, sentimiento, garra, ilusión,
Despliegue, temple, unión, entereza, concentración,
Confianza, lucha, táctica, orden, comunicación,
Se gana a quien sea.
Ellos no esperaron que ocurriera algo
O soñaron con ello, ellos lo hicieron realidad
El talento individual gano juegos pero el
Trabajo en equipo gana campeonatos y esa fue
La clave de once guerreros chapines
Que nos regalaron nuestro primer mundial.
Gracias patojos nunca se les va a olvidar.
