jueves, 27 de octubre de 2011

Barcelona, Sevilla, últimos minutos de infarto en Barcelona Una muralla llamada Varas (Barcelona 0-0 Sevilla)



Compareció el Sevilla en el Camp Nou con un lema apelando al orgullo andaluz en su camiseta, huérfana de publicidad. Una respuesta a lo que consideraron una ofensa contra su tierra por parte de Duran i Lleida, político catalán. Una paradoja, ya que apenas cuatro –Varas, Campaña, Navas y Del Moral– de los once titulares ayer pueden presumir de haber nacido en Andalucía. Pero Marcelino logró aislar a su equipo de esta burda polémica y presentó una dura batalla ante el campeón, que fue incapaz de marcar un gol por primera vez esta temporada.

Los jugadores del Sevilla salieron con órdenes de esperar a su rival en el centro del campo y adelantar la defensa. El resultado fue el esperado por Marcelino. La reducción de espacios a la mínima potencia y un Barça mucho más previsible de lo habitual. La buena presión sobre los pasadores azulgrana colaboró a que no encontraran espacios a la espalda de su defensa.

Buena labor debieron hacer los sevillistas porque Guardiola cambió de dibujo a los pocos minutos de partido. Hace ya tiempo que los sistemas del Barcelona han dejado de poder ser explicados con números y han pasado a convertirse en auténticos jeroglíficos. Los tres defensas iniciales pasaron a ser cuatro, con la presencia de Adriano en el lateral izquierdo, después de empezar el choque como extremo derecho. De justicia es decir que cumplió con creces en ambas posiciones.

El problema para el Sevilla es que la calidad del Barça le alcanza para crear peligro por sí sola, por muy buena labor que ejerzan sus jugadores. Y fue allí donde sobresalió la figura de un infranqueable Varas, que desbarató tres goles en la primera mitad que ya se habían empezado a celebrar en las gradas. Iniesta, Villa y Messi sufrieron los reflejos del excelente portero andaluz, que continuó con su recital en la segunda mitad.

También presume de guardameta el Barcelona. La norma en los partidos de los azulgrana es que los rivales apenas lleguen un par de veces a su área, pero cuando lo hacen el peligro suele ser extremo. Y es en esas situaciones cuando Víctor Valdés demuestra cada semana que no existe en el mundo mejor portero para el Barça que él. El balón que le sacó a mano cambiada a Navas es para enmarcar.

Si los rivales del Barça llegan poco al área de Valdés también es por la excelente labor en la recuperación de los hombres de Guardiola. En ese tipo de trabajos, Mascherano se ha convertido en una referencia, como bien pudo certificar el Sevilla, al que el argentino cortó tres o cuatro balones de inmenso peligro. Viendo al «Jefecito» en este Barcelona, uno se pregunta por qué ha estado tantos años en el centro del campo si es un central excelso.

El partido tuvo mucho menos brillo que todos los que había disputado hasta el momento el Barcelona en su campo, y, ni siquiera el descanso, sirvió para que Guardiola encontrara una fórmula para romper el inteligente planteamiento de Marcelino. Varas cogía las riendas cuando esto sucedía, para desesperación de los atacantes azulgrana. Y si no estaba el portero, estaba el larguero, que rechazó una vaselina de Iniesta. Los minutos se consumían y al Barça sólo le quedaba encomendarse a Messi, que falló un penalti en el descuento, el primero señalado a los azulgrana en esta Liga y que desencadenó una tangana vergonzosa.

Empate a cero en un disputado encuentro en el que después de un partido dominado por los culés, y un gran trabajo táctico del Sevilla, estuvo a punto de decidirse en los minutos de descuento con un polémico penalti a Iniesta, fallado por Messi y expulsión de Kanouté en una tangana.

Los primeros minutos fueron de tanteo, con los dos equipos presionando en todo el campo. Poco a poco el Barcelona se fue haciendo con el control del encuentro, y dispuso de su primera oportunidad en el minuto nueve, con pase de Pedro y remate de Iniesta que despejó el portero sevillista, Javi Varas.

El Sevilla al contraataque tuvo sus opciones, sobre todo en una pase desde la banda de Trochowski, en el que Abidal cedió mal a Valdés y Navas estuvó a punto de aprovechar. A partir de ese instante el Barça tomó el control del partido, y empezó con su habitual juego de pases cortos, disponiendo de varias oportunidades de gol que no pudo culminar.

La segunda parte comenzó igual que la primera, pero con un Sevilla algo más atrevido en ataque. Y como en el primer tiempo, los de Guardiola volvieron a tomar los mandos, generando oportunidades a través de la posesión del esférico, con Iniesta mandando un balón al larguero.

La salida de Cesç por Thiago a mediados de la segunda parte del encuentro proporcionó al Barcelona un poco más de profundidad en su juego, y tanto el mismo Cesç como Messi tuvieron muy buenas ocasiones para mover el marcador.

Cuando el partido parecía cerrado, en los minutos de descuento el árbitro pitó un penalti dudoso a Iniesta que falló Messi después de un barullo entre los dos equipos, que acabó con la expulsión de Kanouté. El partido llegó hasta los ocho minutos de descuento.

El cero a cero final deja a los azulgrana a un punto del Real Madrid, y la posibilidad para el Levante de conseguir el liderato si gana su encuentro de mañana contra el Villarreal.

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